lunes, 8 de noviembre de 2010

«No todas las arritmias llevan a la muerte»


lavozdeaviles.es- AVILÉS- España
Los cardiólogos destacan la importancia de la rapidez en los casos en los que se pueda utilizar el desfibrilador

«Me río cuando dicen que tranquilos, que aquí hay un desfibrilador. Si en el caso del jugador del Salamanca el desfibrilador estuviese guardado en un armario y tardasen en ir a por él, hubiese valido de poco». Son palabras de uno de los expertos en cardiología consultados por este periódico. Todos coinciden en desmontar algunos mitos sobre el desfibrilador. Ni su presencia asegura que se salve una vida, «ni todas las arritmias llevan a la muerte».

La arritmia que produce la muerte, la que requiere de un desfibrilador, es muy especial. El corazón coge un ritmo muy «extraño», con el que no le da tiempo ni a llenarse ni a vaciarse de sangre. Si no hay movimiento, el organismo se queda sin oxígeno, incluido el propio corazón, porque a él tampoco le llega sangre a través de las arterias coronarias. Entonces la persona se desploma porque el cerebro se queda sin oxígeno.

Se trata de una fibrilación ventricular. ¿Cuándo se produce? Según los cardiólogos, «la causa más frecuente es cuando se tiene un infarto. Por eso son muy importantes las UVI móviles y las UVI en los hospitales, porque esta arritmia es más frecuente en las primeras fases de un infarto», asegura un cardiólogo avilesino.
Este tipo de miocardiopatías o alteraciones del músculo del corazón muchas veces no dan síntomas, el primero es la muerte súbita.

En estos casos, se puede sospechar al hacer un electrocardiograma, pero no siempre es así. La auscultación puede no servir igualmente. El método más eficaz suele ser un ecocardiograma, aunque los expertos advierten de que la enfermedad puede ser genética y que no se detecte. En estos casos, ayuda el hecho de que exista algún antecedente familiar de muerte súbita. «Pero tiene que ser en edad temprana, no vale que alguien diga que su padre murió de repente a los 80 años», matizan los cardiólogos.

Un ejemplo es el futbolista del Real Madrid Rubén de la Red, que ha tenido que abandonar el fútbol después de sufrir un desvanecimiento, sin que los médicos sepan cuál es el origen de la miocardiopatía que padece.

Diferentes dolencias
Otra puntualización que hacen los cardiólogos es que no siempre vale el desfibrilador. En primer lugar, porque se emplea mal el término parada cardiaca. «Una parada no es una fibrilación ventricular. La fibrilación lleva a la parada cardiorrespiratoria. A veces se produce directamente la parada y es más difícil salvar la vida de la persona». Pero cuando una persona normal, sana, de desploma en la calle lo más probable es que se trate de una fibrilación ventricular y que, si se actúa con rapidez, le salve la vida el desfibrilador.

¿Hay que educar, entonces, en primeros auxilios? Los expertos lo tienen claro: «Sí, pero muchas veces queremos lo perfecto de forma equivocada. Es como quien viene y dice que quiere hacer deporte, que le hagamos un electrocardiograma, ¡pero si viene fumando!».

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