miércoles, 7 de noviembre de 2012
Técnicos de emergencias en Soporte Vital Básico como primeros intervinientes en accidentes de tráfico
WWW.zonates.com
Carmen Marín Lastra y Jesús Díaz Balsera
Técnicos en Emergencias Sanitarias. Servicio de Protección Civil.
Ayuntamiento de Villanueva de la Cañada. Madrid. España.
El objetivo general este artículo es identificar y dar a conocer las dificultades con las que se encuentra el técnico de emergencias en Soporte Vital Básico (SVB) y cómo las enfrenta hasta la llegada del Soporte Vital Avanzado (SVA).
Por lo que se refiere a los objetivos prácticos, estos son:
Conocer las normas básicas de protección (conducta PAS).
Valorar al paciente (ABCDE).
Interpretar la situación global.
Aplicar las técnicas adecuadas y necesarias.
Ajustar los tiempos de respuesta.
Valoración, Interpretación y Aplicación de técnicas primarias en Soporte Vital Básico
Para una mejor comprensión de la importancia de los técnicos de emergencias en SVB como primeros intervinientes en situaciones de accidentes de tráfico, se relata a continuación un caso real y se analiza la intervención.
A las 04:48 horas somos interceptados por la Policía Local para asistir en un accidente de tráfico. Se trata de una salida de vía en la que el paciente ha salido despedido unos 20 m por la luna trasera del coche. Con él se encuentra un agente de la policía que le inmoviliza la cabeza y le sujeta la lengua, y que nos comenta “parecía que se estaba ahogando”.
De los tres puntos de la Conducta PAS (Proteger, Alertar y Socorrer) (tabla 1), los dos primeros, Proteger y Alertar, han sido realizados por los cuerpos de seguridad que ya se encontraban en el lugar del accidente, por lo que a nosotros nos quedaba Socorrer.
Tabla 1. Conducta PAS (Proteger, Alertar y Socorrer)
Figura 1. La estrecha cooperación del equipo de Soporte Vital Básico con otros equipos de Soporte Vital Avanzado, policía y bomberos garantiza el mejor tratamiento disponible para el paciente
(Fotografía SUMMA 112).
En la valoración inicial observamos a un varón joven, en decúbito supino, con olor enólico, que no responde a ningún estímulo. Con respiraciones irregulares y apneas, con pulso y que presenta traumatismo fronto-parietal izquierdo.
De manera inmediata, reconocemos parámetros que son indicativos de SVA: inconsciencia, dificultad respiratoria con traumatismo craneoencefálico (TCE). El técnico conductor alerta al Centro Coordinador que nos confirma la salida del SVA (UVI Móvil).
En caso de gravedad es importante solicitar SVA a la vez que se asiste al paciente para, en la medida de lo posible, reducir tiempos de espera. Asimismo, debe informarse lo mejor y más detalladamente posible para que el SVA que acuda disponga de la mayor información posible sobre el estado y la situación hemodinámica del paciente.
En la asistencia primaria (tabla 2) procedemos a la apertura de la vía aérea (A) con cánula orofaríngea, control cervical (fig. 2), (collarín y sujeción manual) debido a las respiraciones superficiales con periodos de apnea y cianosis, iniciamos ventilaciones (B) con balón resucitador a 15 litros por minuto. Realizamos la toma de constantes (C) presión arterial (PA) 120/100, saturación de oxígeno 70%, frecuencia cardíaca (FC) 132, frecuencia respiratoria 12. Valoramos por la Escala de Glasgow (tabla 3) el nivel de consciencia en un 3/15, con pupilas midriáticas, isocoricas, reactivas y con respuesta lenta a la luz. (D) Por ser un impacto de alta energía y por la trayectoria que recorrió el accidentado al salir despedido del vehículo sospechamos que puedan existir lesiones en la columna vertebral. No obstante, dado el compromiso respiratorio que existe, dejamos de lado por el momento esta posibilidad, ya que no modificaría las técnicas de nuestra asistencia. Observamos que mejora la saturación de oxígeno a 94% con las técnicas aplicadas. El paciente permanece inconsciente, (E) le abrigamos y reevaluamos las constantes vitales (PA: 90/60, FC: 140).
Figura 2. Control cervical con collarín.
Tabla 2. Asistencia primaria y secundaria
Tabla 3. Asistencia primaria y secundaria (Clic en la imagen para aumentar)
Realizamos valoración secundaria (de cabeza a pies):
Cabeza: Se objetiva un TCE fronto-parietal cerrado, sin deformidad ni crepitación. Sin otorragia. Pupilas midriáticas, isocóricas, de reacción lenta a la luz. Conserva todas las piezas dentales y no se encuentran otro traumatismo ni sangrado en zona facial.
Cuello: No encontramos deformidad cervical, ni desviación de la tráquea.
Tórax: No se aprecian deformidades torácicas, ni asimetría a la ventilación, ni heridas o erosiones.
Abdomen: Blando a la palpación, sin erosiones ni heridas.
Pelvis: Sin aparente deformidad.
Miembros superiores: Con erosiones y heridas, sin deformidades aparentes.
Miembros inferiores: Con erosiones, sin deformidad aparente, ambos miembros son simétricos.
Apoyo al Soporte Vital Avanzado
Preparamos colchón de vacío y colocamos camilla de cuchara, cuando estamos en este punto del proceso, llega el SVA UVI-Móvil; de manera inmediata el médico se hace cargo de la vía aérea, manteniendo respiración asistida, mientras le relatamos toda la situación y la información recabada: cómo ocurrió, el estado en que encontramos al paciente y nuestra valoración (toma de constantes realizadas, técnicas aplicadas y última reevaluación).
Colaboramos en la movilización del paciente hasta la UVI-Móvil, donde el médico valora la columna vertebral con hallazgo de crepitación en el fragmento de las últimas dorsales y primeras lumbares, se procede a la inmovilización de la columna mediante colchón de vacío. Posteriormente el facultativo procede a la intubación.
El informe y transferencia en Soporte Vital Básico
La Ley 41/2002 de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de los derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, en su capítulo 1, art. 2 párrafos 6 y 7 dice: “Todo profesional que interviene en la actividad asistencial está obligado no sólo a la correcta prestación de sus técnicas, sino al cumplimiento de los deberes de información y de documentación clínica, y al respecto de las decisiones adoptadas libre y voluntariamente por el paciente”.
El informe, en la transferencia del paciente en SVB documenta nuestra actuación y traslada los datos necesarios al siguiente escalafón sanitario. El informe debe escribirse en el papel de la institución para la que se trabaja y debe estar adaptado a las funciones de los técnicos de emergencias, con duplicado para el paciente y cuya custodia pertenece al hospital hasta el alta del mismo, cumpliendo con la normativa de la recogida de datos con carácter sanitario, siendo visible el texto de ley y archivo de la protección de datos, teniendo en cuenta que los datos sanitarios son los de más alta protección, además de debernos al secreto profesional.
Puntos clave
Las víctimas de un accidente de tráfico en la primera valoración pueden no mostrar ningún síntoma y presentar posteriormente inestabilidad clínica, a causa de la inmediatez del suceso, por lo que la reevaluación y el acompañamiento del paciente debe ser constante.
Debe llevarse a cabo una valoración primaria y secundaria del paciente y de la situación, y aplicar las técnicas necesarias a seguir.
Disponer de procedimientos claros y estandarizados a seguir sobre las técnicas a realizar en momentos críticos nos aportan confianza en la toma de decisiones.
La actuación del Soporte Vital Básico (SVB), como primeros intervinientes en accidentes de tráfico, puede ser decisivo, por lo que la formación y la práctica debe ser continuada.
En la medida de lo posible, la comunicación con el Centro Coordinador será continua, esto servirá para reducir tiempo en la solicitud de recursos específicos y facilitar información fiable para el equipo que acuda a la intervención en apoyo al SVB.
Son de vital importancia las habilidades de comunicación y una buena escucha, dado que algunos de los pacientes que asistimos están en una situación de impacto emocional que les puede generar sentimiento de indefensión, histeria, shock emocional, ansiedad, etc., por ser situaciones en su mayoría inesperadas. Es igualmente importante fomentar actitudes de empatía, sensibilidad, aceptación, respeto y asertividad.
Bibliografía recomendada
Ayuso Baptista F, Ruiz Madruga M, Caravaca Caballero. Protocolos de actuación del técnico en emergencias sanitarias asistenciales (II). Madrid: Arán Ediciones; 2010.
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